Friday, July 22, 2016


ENTRE MATEMA Y POESÍA. A propósito de un olvido"
(artículo de Graciela Graham)



La costumbre de Facebook de recordarnos entradas que produjimos en algún momento del pasado me evocó el enlace a un artículo de Graciela Graham  cuyo entramado me había resultado muy atractivo. Dado que el vínculo a la página de Psyché Navegante está descontinuado recupero aquí aquel texto y lo comparto:


"Para comenzar, una cita de Lacan: “El tono también tiene algo que ver en el asunto, y también lo que se llama el estilo. Alguien propuso recién el término del estilo de cada uno. Parece que justamente el matema es algo que hace obstáculo al estilo de cada uno. Es incluso por eso que busco un matema, porque el matema, él, no es bilingüe. Esto me parece lo más serio en este asunto. Quisiera encontrar el matema que por su naturaleza evite completamente el bilingüismo. No veo por qué me arriesgué a escribir este S (Ⱥ,) no es un matema, es una cosa absolutamente de mi estilo, en fin dije eso como pude, en imitación de matema, si podemos decir.”

Pero Lacan afirma, por otro lado, que no se privó de crear verdaderos matemas. Entonces ¿cuáles sí serían verdaderos matemas?, puesto que él dice que escribió algunos, que no se privó de ellos. El título de estas jornadas coloca a lalangue (1) en su difícil situación entre matema y poesía. Creía que el psicoanálisis era quien estaba emplazado en esa difícil situación. Esto me hizo caer en la cuenta de que los dos enunciados podían ser verdaderos. ¿Pero de qué verdad se trata?

Una anécdota de Lacan con Chomsky, de la que sólo tenemos registros orales, podría esclarecernos un poco. La anécdota que se relata es ésta: En una conversación mantenida en el Instituto de Tecnología de Massachusetts con Noam Chomsky, éste expresó una concepción de la ciencia lingüística en alto grado formalizada. Lacan le explica a Chomsky por qué se sentía preocupado con la lalangue, la manera en que él designa un lenguaje especifico con sus peculiares equívocos.

Entonces puso en la pizarra del despacho de Chomsky, lo mismo que le había expresado el día anterior a Jakobson: “Deux, d´eux, Dieu” (2) que son prácticamente homófonos en francés. Lacan le hizo entonces a Chomsky la misma pregunta que el día anterior le hizo a Jakobson;  ¿esos equívocos, de los que está hecha la materia prima del psicoanálisis, son intrínsecos de la lengua o meramente accidentales?.

Chomsky le expuso a Lacan una concepción de la ciencia lingüística sobre ecuaciones y fórmulas. Habló de leyes universales, es decir, válidas para todas las lenguas. Lacan le preguntó si la lingüística podría prestar leyes universales para todas las equivocaciones y juegos de palabras. Chomsky le contestó que ésos ni siquiera eran problemas de interés en la ciencia lingüística. Le da el ejemplo de la oreja: la lingüística científica debe estudiar las semejanzas en el lenguaje, no las diferencias. La función del lenguaje como la del órgano del cuerpo, el oído. Cuando miramos atentamente las orejas, vemos diferentes circunvalaciones, advertimos diferencias. Pero si nos concentramos en las diferencias nos distraemos de nuestro verdadero trabajo que es comprender que todas las orejas tienen en común su función, que para el lenguaje sería la comunicación. Si nos concentramos en los equívocos perdemos de vista lo importante que para la lingüística sería la comunicación. No es un problema que la lingüística pueda tomar en cuenta, sino quien se ocupe de eso... ¡Qué se ocupen de eso los poetas!",

Lacan responde visiblemente conmovido, según se cuenta: “Pues entonces yo soy un poeta”. ¿Qué dice Lacan y qué no dice? No dice “soy un poeta”, dice “si a entonces b”. Si para Chomsky los poetas se ocupan de eso que Lacan le dice se ocupa el psicoanálisis, es decir de lalangue que es la materia prima del psicoanálisis y éste le responde que de eso se ocupan los poetas, entonces Lacan es un poeta. Es una respuesta que responde a una lógica impecable. Sería así:
Si es verdadero que el psicoanálisis está entre matema y poesía,
Y si es verdadero que lalangue es la materia prima del psicoanálisis
Entonces Lalangue está entre matema y poesía
Pero es verdadero solamente en la contingencia de esa conversación. No dice “yo soy un poeta”, no dice “el psicoanálisis es poesía”, está en la contingencia de esa implicación. La afirmación pertenece a esa implicación contingente.



Es simplemente un ejemplo para mostrar que, en psicoanálisis, se trata de verdades paradojales, puntuales, locales. Los matemas de Lacan no son las grandes fórmulas universales que se transmiten a sí mismas. Las fórmulas de los teoremas se transmiten a sí mismas en forma completa, les diría, parafraseando a Lacan, que no necesitan de ustedes. No sucede así con los pequeños matemas de Lacan. No se puede poner, por ejemplo, la formulita de la división del sujeto del seminario de La Angustia en la computadora para que realice la operación. Si pongo A dividido S seguramente no me va a dar como resultado una tachadura sobre cada uno y una “a” minúscula como resto. Esas fórmulas de Lacan esos pequeños matemas, parece que no se transmiten enteramente. 

Se trata de investigar entonces: ¿cuál es el estatuto teórico de la escritura de Lacan?. ¿Los llamados matemas son realmente operadores? Si lo fueran tenderían a la universalidad, al concepto y no pasarían de moda. En Stephen, el héroe, Joyce nos dice por boca de Stephen que “estaba decidido a luchar con todas las fuerzas del alma y del cuerpo contra todo lo que se pareciera a lo que ahora consideraba el infierno de los infiernos, la región, (…) en la que todo resulta obvio.” Lacan no se queda con lo obvio y propone el término lalangue para decir que, entre otras cosas de las que hoy se habla aquí, lo que se dice está más al servicio del goce que de la comunicación. Los matemas son pequeños matemas, y no fórmulas universales, porque tratan de dar cuenta de una práctica que no es universal, que no es sin resto, es decir, que no es una ciencia. De manera que los matemas de Lacan están hechos con la misma estofa con la que se moldea nuestra práctica, con la misma pasta blanda. Lacan se ocupa de Joyce porque éste trabajó con esa misma estofa, como a la plastilina, la estiró, la destruyó, la equivocó, construyó su lalangue a partir de equívocos y los empastamientos de distintas lenguas, sin dejar de lado los gustos y los olores. Aunque a veces se lea como un vademécum sobre la locura o la psicosis. El psicoanálisis no es poesía y el psicoanalista no es un poeta, como no es un matemático o un lógico o un topólogo. “Estar eventualmente inspirados por algo del orden de la poesía para intervenir en tanto que psicoanalista. Esto es precisamente hacia lo cual es necesario orientarlos, porque la lingüística es una ciencia muy mal orientada”, dice Lacan después de este encuentro.

Jean Louis Sous en su libro Los pequeños matemas de Lacan, parte de un olvido de Lacan, un olvido distinto al de Freud con Signorelli. Es una palabra que Lacan no encuentra, no hay asociación que lo haga encontrar esa palabra perdida y nadie del público se la aporta (es en El saber del psicoanalista en 1972) . Quiere acordarse del nombre que se le dan en francés a esas palabras híbridas entre el griego y el latín. Sous se propone apostar, a partir de esa bevue, de esos puntos de falta en el discurso, con el fin de escapar de los estereotipos lacanianos, a tomar ese nombre olvidado que según él es “alógeno”. Aporta ese significante perdido, forcluido, fuera de la asociación, caído de la cadena. Propone el término "alógeno" (individuo extraño, no autóctono) que mezcla más de una cosa en su constitución, es un híbrido que, según él, caracteriza la obra y las escrituras lacanianas. Marca de fábrica alógena en la que el avance lento, paciente, progresivo de la formalización se acompaña de retomas y retornos sucesivos que no pueden aprehenderse bajo la modalidad del concepto. Y que exige de nosotros ese mismo avance lento, paciente y progresivo para preservar el soplo, la letra de la enunciación del discurso de Lacan. Sous dice: “me di cuenta que esta marca de fábrica alógena, sobrepasa el marco estricto de los cuadrípodos y caracteriza la forma misma de la obra lacaniana” (…) “Hay alteraciones, movimiento y luego gritos, susurros, silencios, el movimiento va de desilusión en desilusión. Es un collage pero con un método serial”.

Ese olvido sin retorno de Lacan, que no tiene la misma estructura de los olvidos de Psicopatología de la vida cotidiana, es un agujero. Los matemas son también patéticos, participan del pathos, se modifican y necesitan de nuestras palabras. Creo que hay un anhelo de formalización en Lacan. Él lo expresa en varias ocasiones, a veces de manera velada y otras abiertamente. Expresa su anhelo de alguna vez poder escribir el teorema de nombre Lacan, así como está el de Thales o el de Goedel, que le gusta tanto. ¿Por qué recurriría tanto a ese teorema que habla de la incompletud si no estuviera buscando algo parecido para el psicoanálisis? Habló de la aspiración científica del psicoanálisis en L´ínsu, seminario en el que Lacan comienza con la topología, sigue con los matemas y termina con la poesía, y se queja de no ser lo bastante poâte (3) . Parecería que en algún momento, con sus nudos, inaugura un nuevo paradigma, y cree por un segundo haber logrado algo más universal, pero luego tiene que recurrir a un cuarto nudo y todo vuelve a empezar. 

Quizás entonces, volviendo al principio, la culpa sea de lalangue. La culpa es de la materia prima -como la llama Lacan ante Chomsky- de la particularidad de cada lalangue , que es con lo que operamos. Porque hay operación, pero una operación que no permite ser escrita más que con pequeños matemas. Haciendo de cada declaración algo movible, revisable, no eterno, sujeto al devenir. No hay última palabra en la doctrina psicoanalítica, no hay último matema, Así como no hay un matema del fin del análisis. Lacan hubiera estado feliz si hubiera podido escribir, crear un solo teorema, lo proclamaba sin pudor. Tampoco para él fue fácil esta práctica sin universales de los que agarrarse, donde todo el tiempo explota el referente. Hay fin del análisis, pero no hay completud universal del análisis como teoría. Y con eso nos la tenemos que arreglar, entre matema y poesía, entre significante y objeto. Una práctica que produce en cada ocasión su objeto, y si el objeto se recorta en el devenir de la transferencia, ¿cómo podría encontrar leyes universales?. El objeto se produce cada vez en cada cura y en cada lalangue. Es por lo que la tarea del psicoanalista transcurre por un fino desfiladero. Lacan dice, en un seminario del año 1976, cuando ya era un viejo analista, más sabio por la experiencia, “El psicoanálisis no es un progreso, es un rodeo práctico que Freud ha inventado para que la gente se sienta mejor”.

Artículo de Graciela Graham que yo originariamente había leído en Psyche Navegante N° 103 – www.psyche-navegante.com – Octubre 2012 Psicoanálisis - Sección: Fatigando conceptos 


Los subrayados, imágenes y llamadas a pie de página son injerencias de mi parte

Guillermo Cabado

(1) El 4/11/71 en el marco de una serie de charlas en Saint Anne, bajo el título de "El saber del psicoanalista" Lacan cometía un lapsus que lo lleva a asociarlo con el diccionario de filosofía Pierre-André Lalande:

"a los dos tipos que mejor habrían podido trabajar en esa linea, hilar este hilo, les habíamos dado un muy lindo trabajo: Vocabulario de la Filosofía... ¿Qué digo?... "Vocabulario del Psicoanálisis". Ustedes ven el lapsus, ¿eh? En fin, eso vale por el Lalande. 

"Lalengua" (lalangue), como lo escribo ahora —no tengo pizarrón.. .bueno, escriban lalengua en una palabra; es así como lo escribiré de ahora en más ¡Miren qué cultivados son! Entonces no se oye nada! Es la acústica? Querrían hacer la corrección? No es una d, es una g. Yo no dije el inconsciente está estructurado como lalengua, sino que está estructurado como un lenguaje, y volveré sobre esto más tarde. 

Pero cuando, se les encargó a los responsivos de los que hablé hace un rato, el Vocabulario del Psicoanálisis, es evidentemente porque había puesto a la orden del día este término saussuriano: "lalengua", que, lo repito, escribiré desde ahora en una sola palabra. Y justificaré por qué. Y bien, lalengua no tiene nada que ver con el dicciónario, cualquiera sea. El dicciónario tiene que ver con la dicción, es decir, con la poesía y con la retórica por ejemplo. No es poca cosa ¿eh? Va de la invención a la persuasión, en fin, es muy importante.

Sólo que no es justamente este aspecto, el que tiene que ver con lo inconsciente. Contrariamente a lo que pienso, la masa de los oyentes piensa, pero que de todos modos una parte importante ya sabe, ya sabe si escuchó esos pocos términos en los cuales intenté hacer pasaje a lo que digo del inconsciente: el inconsciente tiene que ver ante todo con la gramática, tiene también un poco que ver, mucho que ver, todo que ver, con la repetición, es decir la vertiente totalmente contraria a lo que o para lo que sirve un dicciónario. De modo que era una manera bastante buena de hacer como aquellos que habrían podido ayudarme en ese momento a hacer mi camino, el derivarlos. La gramática y la repetición, son una vertiente totalmente distinta de la que señalaba hace un rato, de la invención, que no es poca cosa, sin duda, la persuasión tampoco. Contrariamente a lo que está, no sé por qué, todavía muy difundido, la vertiente útil en la función de lalengua, la vertiente útil para nosotros, psicoanalistas, para los que tienen que vérselas con el inconsciente, es la lógica." (FUENTE DEL TEXTO: http://www.psicoanalisis.org/)

(2) "Dos, de ellos, Dios"

(3) remite a la reunión del 17/5/77, neologismo que pareciera condensar "poete" (poeta) y el âte de la tragedia griega, la fatalidad, de la que hablara durante el final de su seminario VII a partir de "Antígona".

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