Sunday, October 09, 2016


ESTE SÁBADO 15/10 A LAS 17.30hs

OTRO ENCUENTRO DE "LACAN CON CINE"



"EL ALEPH DE BORGES JAMÁS PODRÍA ESTAR EN LA CALLE GARAY"

(o de por qué el "cuerpo" en Lacan no es el "cuerpo" en Freud)

A partir de "Un amor de Borges" de Javier Torre


COORDINA: 
Guillermo Cabado

INFORMES E INSCRIPCIÓN:
cabado@hotmail.com

A partir de escenas de la controvertida película "Un amor de Borges" de Javier Torre nos serviremos de la ocurrencia borgeana de imaginar un aleph tras el desencuentro amoroso.


- ¿Qué transliteración se esconde en la famosa calle Garay en la que Borges ubicara su aleph?. 

- ¿Cómo ese "pase de magia" que Borges hace delante de nuestras narices nos puede abrir la puerta para asomarnos a la crítica de Lacan a la concepción freudiana del cuerpo?.

Cruzaremos la película con algunos pasajes de dos obras de Jorge Luis Borges: "La esfera de Pascal" y, por supuesto, "El aleph".

(Jean Pierre Noher en una interpretación de Borges que dividiera las aguas de la crítica)


Propondremos un recorrido entre diversos pasajes de la enseñanza de Lacan
hasta desembocar en éste:


 "Eso (RSI, en la topología del nudo llamado borromeo) le di yo a los míos. Se los di para que se supieran orientar en la práctica. Pero, ¿se orientan mejor que con la tópica legada por Freud a los suyos?.


Hay que decirlo: lo que Freud dibujó con su tópica, llamada segunda, adolece de cierta torpeza. Me imagino que era para darse a entender dentro de los límites de su época.
Pero ¿no podríamos más bien aprovechar lo que allí figura la aproximación a mi nudo?. Considérese el saco fofo que se produce como vínculo del Ello en su artículo llamado 'Das Ich und das Es'. Ese saco sería el continente de las pulsiones.  ¡Qué idea tan disparatada la de bosquejar eso así!. Sólo se explica por considerar a las pulsiones como bolitas, que han de ser expulsadas por los orificios del cuerpo una vez ingeridas.
(...) Esto deja perplejo. Digamos que no es lo mejor que hizo Freud. Hace falta incluso confesar que no favorece la pertinencia del pensamiento que eso pretende traducir. Qué contraste con la definición que Freud da de las pulsiones, como ligadas a los orificios del cuerpo. Hay aquí una formulación luminosa la cual impone otra figuración que la de aquella botella. Cualquiera sea su tapón.
¿No será más bien, como me ha ocurrido decirlo, botella de Klein, sin adentro ni afuera?. O aún, sencillamente, ¿ porque no el toro ?. Llama la atención que este enmarañamiento no haya impedido a Freud volver luego a las indicaciones mas notables acerca de la práctica del análisis" 

("El seminario de Caracas", 12/7/1980, traducción de Juan Luis Delmont Mauri en « Actas de la reunión sobre la enseñanza de Lacan y el psicoanálisis en América Latina » Editorial Ateneo de Caracas , 1982)


Guillermo Cabado
cabado@hotmail.com


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