17 - Nozarashi
Un juego de verano
en el jardín japonés.
(a Ricardo Rodríguez Ponte,
de cuyo apasionado trabajo
hallarán esquirlas desperdigadas
a lo largo de estos breves capítulos)
en el jardín japonés.
(a Ricardo Rodríguez Ponte,
de cuyo apasionado trabajo
hallarán esquirlas desperdigadas
a lo largo de estos breves capítulos)
CAPÍTULO 17
Las cosas no son las cosas después de que el agua baja. El malestar con mi analista continuó varios días pero mientras tanto Celina, la campana, las pistas, mi pez, habían perdido esa furia de ser abarcados. Se esfumó la semana y no sentí necesidad de ir al jardín.
En un par de ocasiones pensé en ella, en la otra: la chica que conocí el día de la convención de animé. Me hubiera gustado reencontrarla, ¿pero cómo reconocerla si no volvía a aparecer con su peluca y esa pollera de colegiala tan a lo mafia de "Kill Bill"?.
En un par de ocasiones pensé en ella, en la otra: la chica que conocí el día de la convención de animé. Me hubiera gustado reencontrarla, ¿pero cómo reconocerla si no volvía a aparecer con su peluca y esa pollera de colegiala tan a lo mafia de "Kill Bill"?.
Hasta que hoy sábado me encontré de vuelta en el jardín japonés.
Cómo es el cuerpo. Uno se entera de él cuando algo le cambia; esta mañana sentí en la carne una serenidad que hasta ahora no tenía.
Hay algo en lo que no me puedo engañar, fui a tentar la suerte: quizás volviera a encontrarme con la chica del animé.
En cambio, volví a cruzarme con él.
Sentado cerca de la pagoda de trece aleros en la isla de los dioses, que los que conocen este lugar llaman Shinzen-Shima, estaba aquel extraño personaje que me abordó la mañana del campanario para preguntarme: "¿Tanaka?".
Esta vez fui yo quien lo buscó:
- ¿Tanaka?
Lo sorprendí, y hasta se puso nervioso. Lo que no podía imaginarme era lo que había detrás.
Cómo es el cuerpo. Uno se entera de él cuando algo le cambia; esta mañana sentí en la carne una serenidad que hasta ahora no tenía.
En cambio, volví a cruzarme con él.
Sentado cerca de la pagoda de trece aleros en la isla de los dioses, que los que conocen este lugar llaman Shinzen-Shima, estaba aquel extraño personaje que me abordó la mañana del campanario para preguntarme: "¿Tanaka?".
Esta vez fui yo quien lo buscó:
- ¿Tanaka?
Lo sorprendí, y hasta se puso nervioso. Lo que no podía imaginarme era lo que había detrás.
La fotos abordan la obra de Sayuri Sasaki Hermann.
El video es acerca de una instalación de Kohei Asano y Kotsuke Matsuura ("Jardín").
TRADUCCIÓN DEL VIDEO Y DE SU CONCEPTO
OPERACIÓN: Un participante recoge pequeños trozos de papel y los esparce en el jardín.
Hay un programa de animaciones flash que se activa en función de la cantidad de movimientos que una cámara en el techo va detectando.
Un contador regula el número de hojas y flores: las hojas aparecen cuando el número contabilizado llega hasta 199; las flores florecen cuando el número supera los 200
Las flores desaparecen cuando el contador supera los 1000 o cuando deja de haber movimientos por un rato.
CONCEPTO
El motivo de este trabajo es un viejo cuento japonés "El abuelo del Hanami (época de florecimiento de los cerezos)". Es ese tipo de historias que giran sobre "un viejo y un avaro gruñón". En este relato el viejo tiene una serie de experiencias tristísimas por culpa del avaro. Por ejemplo: éste le mata a su perro y además quema unos recuerdos que le quedaran de su mascota. Pero un día el viejo hace volver a florecer a un cerezo que estaba seco con las cenizas de ese recuerdo y por primera vez logra sentir felicidad.
En esta obra esto se torna en las coloridas flores y en los pedazos de papel que la audiencia esparce en el jardín. Esos pequeños trozos de papel representan las cenizas de aquel viejo.
Otro concepto en juego es la comunicación no virtual. Esta obra crea una comunicación tal entre los participantes al transformarlo todo en el jardín en flores coloridas, esta comunicación física está causada por un programa de computación y por la interface de esta obra de arte. En este trabajo lel público debe continuar esparciendo pequeños pedazos de papel durante 3 minutos hasta lograr las hojas de cerezos. Este esfuerzo induce entre los participantes la comunicación y el sentimiento de logro.
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