"NO PIERDAS DE VISTA EL CUADRO"
(primer capítulo)
(primer capítulo)
"¿Qué clase de paciente tenés frente a vos?",
"¿qué cuadro presenta?"...
"¿cómo podés tratarlo si no lo sabés?".
Cuando un psicoanalista se hace estas preguntas... está afuera.
(este recorrido que aquí iniciamos hoy
intentará decir por qué)
Está afuera del campo en donde sucede un psicoanálisis.
Si está afuera, también está afuera el consultante.
Aunque los dos estén adentro del consultorio conversando.
Es que todo lo que habrá allí serán temas
que acaso pinten de cuerpo entero al paciente, a su familia, a su historia.
Pero no es poniéndose al servicio de eso que habrá un psicoanálisis.
Hace falta que suceda otra cosa mientras se habla de temas.
"¿qué cuadro presenta?"...
"¿cómo podés tratarlo si no lo sabés?".
Cuando un psicoanalista se hace estas preguntas... está afuera.
(este recorrido que aquí iniciamos hoy
intentará decir por qué)
Está afuera del campo en donde sucede un psicoanálisis.
Si está afuera, también está afuera el consultante.
Aunque los dos estén adentro del consultorio conversando.
Es que todo lo que habrá allí serán temas
que acaso pinten de cuerpo entero al paciente, a su familia, a su historia.
Pero no es poniéndose al servicio de eso que habrá un psicoanálisis.
Hace falta que suceda otra cosa mientras se habla de temas.
Y hace falta ponerse al servicio
de lo que sucede mientras se habla de temas
para poder a su vez servirse de ello en la cura. (1)
Fue por todo esto que Lacan se metió con un cuadro del siglo XVI: "Los embajadores", de Hans Holbein, pintado en la corte de Enrique VIII.
¿Pero qué demonios podrá tener que ver ese cuadro con un tratamiento?
Paso a paso...
Les propongo hacernos acompañar por un tipo que sepa de pintura hasta la National Gallery de Londres (2).
Llamémoslo:
"mire señor guía, licenciado, doctor, lo que sea...
a mí me interesa una pintura en particular;
necesito que me ayude a entenderla".
Hecho el llamado,
el guía (ya ha fijado sus honorarios) se dispone a hacernos pata en la aventura que le proponemos:
la del sujeto del conocimiento (3),
la de aquél que apuesta a encontrar
el buen punto de vista desde donde
poder entender lo que se necesita entender.
("lo que se necesita entender" es
tan diverso e insólito
como los nombres de lo que nos apremia:
ya el secreto de una pintura,
ya el por qué me hago pis en la cama.
Ya el contexto histórico de tal cuadro,
ya el trauma de mi pasado que habría de explicar (?) esta enuresis que me hace penar...)
Para el sujeto en cuestión
cuanto más hablamos y miramos y analizamos
más cerca estamos de la verdad.
Y en esa confianza busca satisfacer nuestro pedido:
"Aquí se trata de Holbein retratista de la corte de Enrique VIII, la misma de la serie de TV "Los Tudor".
Los retratados: dos embajadores franceses que intentarán convencer al rey de que no anule su matrimonio con Catalina de Aragón para evitar la ruptura con la iglesia católica...
de lo que sucede mientras se habla de temas
para poder a su vez servirse de ello en la cura. (1)
Fue por todo esto que Lacan se metió con un cuadro del siglo XVI: "Los embajadores", de Hans Holbein, pintado en la corte de Enrique VIII.
¿Pero qué demonios podrá tener que ver ese cuadro con un tratamiento?
Paso a paso...
Les propongo hacernos acompañar por un tipo que sepa de pintura hasta la National Gallery de Londres (2).
Llamémoslo:
"mire señor guía, licenciado, doctor, lo que sea...
a mí me interesa una pintura en particular;
necesito que me ayude a entenderla".
Hecho el llamado,
el guía (ya ha fijado sus honorarios) se dispone a hacernos pata en la aventura que le proponemos:
la del sujeto del conocimiento (3),
la de aquél que apuesta a encontrar
el buen punto de vista desde donde
poder entender lo que se necesita entender.
("lo que se necesita entender" es
tan diverso e insólito
como los nombres de lo que nos apremia:
ya el secreto de una pintura,
ya el por qué me hago pis en la cama.
Ya el contexto histórico de tal cuadro,
ya el trauma de mi pasado que habría de explicar (?) esta enuresis que me hace penar...)
Para el sujeto en cuestión
cuanto más hablamos y miramos y analizamos
más cerca estamos de la verdad.
Y en esa confianza busca satisfacer nuestro pedido:
"Aquí se trata de Holbein retratista de la corte de Enrique VIII, la misma de la serie de TV "Los Tudor".
Los retratados: dos embajadores franceses que intentarán convencer al rey de que no anule su matrimonio con Catalina de Aragón para evitar la ruptura con la iglesia católica...
... Sobre la mesa: símbolos del Quadrivium, el prestigioso conocimiento que los avala.
Se trata de un óleo sobre tela,
observen los elementos pintados,
la perspectiva utilizada, la...)
Se trata de un óleo sobre tela,
observen los elementos pintados,
la perspectiva utilizada, la...)
Haremos aquí una pausa para no ponernos largueros.
Nuestra visita al cuadro continuará con la próxima entrega de esta suerte de folletín.
Para entonces comenzaremos a entramar nuestra aventura de sujetos del conocimiento con lo que sucediera entre un hipotético paciente (4) y su psicoanalista, cuando aquél ingresara enfurecido al consultorio...
Los dejo vagando por Londres (biquerful!).
Guillermo Cabado
(La animación insertada en este blog es una compaginación mía hecha sobre la fuente de un video hallado en Youtube como "Art Presentation")
(1) Para quien haya visitado el seminario VIII de Lacan esta fórmula de servir para servirse les resonará en la clase de apertura del mismo, cuando reúne a Freud con Sócrates.
(2) El cuadro en cuestión se encuentra en el 2do nivel, sala 4 de la National Gallery: clic aquí
(3) Para ir poniendo en perspectiva: se trata del sujeto cognoscente, el sujeto que Lacan contrapondrá al sujeto del significante en el seminario XI, cuando retome durante febrero y marzo de 1964 su diálogo con "Los embajadores", iniciado en su seminario VII. Las versiones de dicho seminario XI con las que cuento en castellano son la de Paidós (revisada por Diana Rabinovich) y una traducida por Oscar Masotta. Cuando surgen diferencias acudo, diccionario en mano, a las valiosas estenotipias de la página de la École Lacanienne: http://www.ecole-lacanienne.net/seminaireXI.php.
(4) El relato que les compartiré sólo es posible tras una suficiente deformación de una situación de consultorio; deformación necesaria a efectos de hacerla pública.
1 comment:
A partir de una comentario de María del Rosario, adelanto:
sin dudas que Lacan pensando a Freud piensa la neurosis obsesiva, la histeria, la fobia,la paranoia, etc.. Si bien confío en que se irá esbozando con el avance de la serie, trato de adelantar dos puntos:
a) estudiemos lo que estudiemos cada vez que nos entrenamos, el punto es que en el momento de la escucha tratemos de no caer en algo de lo que nadie está exento de caer: la tendencia a OBJETIVAR al paciente (creo que es algo a lo que a veces apelamos inadvertidamente para resguardarnos de lo que "mueve" el encuentro con el que nos habla). Objetivar es estar ESPERANDO AL PACIENTE EN TAL O CUAL "ESQUINA"(esperarlo hasta que "esté preparado" para darse cuenta de lo que nosotros ya sabríamos antes que él, gracias a los que nos enseñan los cuadros clínicos);
b) si pudiéramos ir desgranando las reflexiones del seminario VIII sobre la transferencia confío en que se podría desplegar la lógica de la que se desprende el por qué no hay modo de hacer casuística de casos sin caer en "el pisoteo de elefante del capricho del Otro" ("Subversión del sujeto..." dixit)
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