Apuntes de viaje
a través del
seminario IX de Lacan
"LA IDENTIFICACIÓN"
- 3 -
ALREDEDOR DE LA PRIMER CLASE (15/11/61) (1)
Ic, "El amor es un sentimiento cómico" (PNL esfera)
a"Suponed incluso, dice Aristófanes, que mientras reposan en el mismo lecho,
Hefestos -es decir, Vulcano, el personaje con el yunque y el martillo- se yerga ante ellos (una pareja de amantes) munido de sus utensilios y que prosiga así:
a'¿No es esto -el objeto de vuestros anhelos- aquello de lo que tenéis ganas: identificaros lo más posible el uno al otro, de manera que ni de noche ni de día, os separéis el uno del otro?"
a(Lacan, sexta clase del seminario VIII, el subrayado es mío)
Hefestos -es decir, Vulcano, el personaje con el yunque y el martillo- se yerga ante ellos (una pareja de amantes) munido de sus utensilios y que prosiga así:
a'¿No es esto -el objeto de vuestros anhelos- aquello de lo que tenéis ganas: identificaros lo más posible el uno al otro, de manera que ni de noche ni de día, os separéis el uno del otro?"
a(Lacan, sexta clase del seminario VIII, el subrayado es mío)
En lo previo de este cuaderno de bitácora, después de haberme detenido en las viscisitudes del amor húmedo y la identificación al falo, había arribado a un punto enigmático de la primer clase del seminario IX:
"He ahí pues dónde se terminaba la transferencia, el año pasado. (...) Les he puntualizado sin poder decirles más que había ahí una referencia oculta en un cómico, que es el punto más allá del cual yo no podía empujar más lejos lo que yo apuntaba en cierta experiencia, indicación, si puedo decir, que hay que volver a encontrar en el sentido oculto de lo que podríamos llamar los criptogramas de ese seminario"
¿Quién es ese cómico?.
Luego: ¿cuál la referencia oculta en él?...
Encontrar las relaciones que estructurarían a los criptogramas de aquel seminario es tarea que aquí no intentaré encarar, aunque adelanto mi hipótesis: de tal criptograma lo que se obtiene es una frase de una sola letra que se repite una y otra vez: a.
Por otra parte conviene decir que al hablar de criptogramas Lacan está haciendo resonar su concepción de la letra y su cifrado, asunto que comenzará a abordar un poco más tarde en este seminario sobre la identificación (2)
Voy hacia esas preguntas y veré qué logro ubicar en este espacio que pretendo breve...
(valga apenas como un divertimento esférico:
dos superficies pegadas o identificadas, en el sentido de la topología combinatoria)
Un analizante le habla a su analista. Al hablarle se queja de la chica con la que viene saliendo desde hace un par de años:
"Me vino con toda esa lata de lo que ella estudia, la programación neurolingüística. Dice que yo me defiendo con una 'esfera' en la que no dejo entrar a nadie... ¡Ma' qué esfera!. Es simple: yo no quiero compromiso, quiero independencia... No es tan raro lo que deseo, ¿no?: todos mis amigos ni han llegado a los 40 y ya están separados. A mí no me cabe la historia de 'hasta que la muerte nos separe' ".
(inserto una apostilla:
tanto afán de independencia dice suficientemente sobre su adhesión a la demanda de compromiso.
Pero si lo que importa es del orden del agieren,
del orden de lo que hace con lo que dice,
conviene preguntarse aquí mismo:
¿qué hace con esos dos términos?...
¿una disyunción o una conjunción?,
¿vel excluyente o alienante?,
¿v o ^?;
en fin, freudianamente: cuando me habla, ¿se trata de un hacer anal o fálico?)
En el final de la sexta clase del seminario VIII Lacan se ocupa de aquél que en El Banquete de Platón "es el único que habla en serio del amor": Aristófanes. Y al hacerlo retoma lo que había deslizado al inicio de ese seminario: "el amor es un sentimiento cómico". Retoma así un hilo que había desplegado tres años antes con Moliere (3).
En su discurso Aristófanes plantea un mito sobre seres esféricos que fueran cortados por la mitad y que desde entonces andan por el mundo buscando recuperar su otra mitad. Esta escena de la película "Hedwig and the angry inch" evoca ese relato del padre de la comedia antigua:
¿Dónde está el resorte de lo cómico en el planteo de Aristófanes?.
Aquí es necesario recordar el distingo que Lacan hiciera el 10/4/57 en su seminario IV, siguiendo a Freud: no es lo mismo lo cómico que el witz, la agudeza del chiste.
El primero se juega en la imagen que se desbarata de repente como quien pisa una cáscara de banana, en el pasaje a lo absurdo (no exento de cierto toque ingenuo).
Así por ejemplo el Arnolphe de "Escuela de mujeres" de Moliere se pasea durante buena parte de la obra con su imagen de "a mí nadie me hará cornudo". Y de repente, zas, esa imagen se cae a pedazos (a la hora del amor le importa tres belines si es o no cornudo).
Sin embargo Arnolphe nada se preguntará sobre qué lo ha tenido durante todo este tiempo vinculándose de este modo con las mujeres.
En este sentido lo cómico no enfrenta al sujeto a su deseo inconciente.
En cambio, otro sería el cantar si tras lo cómico (e incluso lo tragicómico)
Arnolphe se las viera con la opacidad de su hacer con las mujeres.
En ese caso se toparía con algo que en lo cómico está oculto:
el "paso-de-sentido"(4).
Ése que se produce en la concepción de la esfera que Platón retomara de los pre-socráticos en su "Timeo"("ella es redonda, es plena, está contenta, se ama a sí misma y, sobre todo, no tiene necesidad de...", evoca Lacan).
Lacan lee en "El banquete" una irrisión, un ponerse a reir de aquella esfera, cuando en el discurso de Aristófanes, se desliza, se hace pasar una cosita... un objeto metonímico, un algo que gana su peso por lo que se escabulle más que por lo que explicita (5).
Una risa (esto no está explicitado por Lacan allí, necesitamos leerlo en lo que dice)
que no responde a lo cómico ya, sino al chiste.
Con el paso-de-sentido también hay un pasaje de lo cómico al chiste.
Pasaje que no deja de tener importancia en un seminario donde está en juego el pasaje del amor al deseo.
Allí Aristófanes narra cómo, en esos seres cortados por la mitad, el genital es desplazado a otro punto del cuerpo para favorecer el acople con la otra mitad (6).
Pero Lacan observa en aquella reunión en la que se iniciaba el solsticio de invierno del 61' (7): "está claro que aquello sobre o cual el rodeo del texto insiste aquí es sobre el pasaje de los genitales a la cara anterior, lo que no quiere simplemente decir que llega ahí como posibilidad de copular, de conjugarse con el objeto amado, sino que literalmente el pasaje de los genitales a la parte anterior viene con el objeto amado en esta especie de relación de sobreimpresión, casi de sobreimposición. Este es el único punto donde se traiciona, se traduce, la función del órgano genital"
Así las cosas, si en la cópula de recuperar la completud se trata, ahora entre las dos partes media un elemento tercero... el falo (que si es traducción de "genital", traiciona todo vestigio anatómico: cuando traducimos por "falo", la pura anatomía está perdida). Pero. Con el falo siempre hay un pero: a la hora de la completud si el falo es el puente (8) también es su fracaso (faceta que convendría hacer resonar en lo entre-dicho sobre la publicidad en el eslabón anterior de esta serie de comentarios sobre el inicio del seminario IX).
Así como en el seminario V su afirmación de que el amor es un sentimiento cómico no quedaba justificada por su desarrollo (por cierto, en la reunión del 18/12/57 en una misma parrafada pasó de afirmar que el amor no es "en sí mismo cómico" sino "el eje alrededor del cual gira todo lo cómico" a soltar segundos después que "el amor es un sentimiento cómico"), sí quedaba claro que así planteado el amor aparecía justo en el punto donde podría esperarse una pregunta del sujeto por su deseo (pregunta que pondría en cuestión la completud narcisista). Ahora, con esta "irrisión" de la esfera, el sentimiento cómico implica un potencial registro del fracaso de mantener excluido al deseo (por primera y única vez, dice Lacan, Platón hace entrar al órgano genital en un discurso sobre el amor .
La esfera platónica así leída por Lacan ya no coincide con el Eros platónico (Eros que cuestionaba en su seminario I, y que controponía al amor-pasión). Un Eros platónico al que Freud supo adherir pero no así Lacan (9)
Aquí es necesario recordar el distingo que Lacan hiciera el 10/4/57 en su seminario IV, siguiendo a Freud: no es lo mismo lo cómico que el witz, la agudeza del chiste.
El primero se juega en la imagen que se desbarata de repente como quien pisa una cáscara de banana, en el pasaje a lo absurdo (no exento de cierto toque ingenuo).
Así por ejemplo el Arnolphe de "Escuela de mujeres" de Moliere se pasea durante buena parte de la obra con su imagen de "a mí nadie me hará cornudo". Y de repente, zas, esa imagen se cae a pedazos (a la hora del amor le importa tres belines si es o no cornudo).
Sin embargo Arnolphe nada se preguntará sobre qué lo ha tenido durante todo este tiempo vinculándose de este modo con las mujeres.
En este sentido lo cómico no enfrenta al sujeto a su deseo inconciente.
En cambio, otro sería el cantar si tras lo cómico (e incluso lo tragicómico)
Arnolphe se las viera con la opacidad de su hacer con las mujeres.
En ese caso se toparía con algo que en lo cómico está oculto:
el "paso-de-sentido"(4).
Ése que se produce en la concepción de la esfera que Platón retomara de los pre-socráticos en su "Timeo"("ella es redonda, es plena, está contenta, se ama a sí misma y, sobre todo, no tiene necesidad de...", evoca Lacan).
Lacan lee en "El banquete" una irrisión, un ponerse a reir de aquella esfera, cuando en el discurso de Aristófanes, se desliza, se hace pasar una cosita... un objeto metonímico, un algo que gana su peso por lo que se escabulle más que por lo que explicita (5).
Una risa (esto no está explicitado por Lacan allí, necesitamos leerlo en lo que dice)
que no responde a lo cómico ya, sino al chiste.
Con el paso-de-sentido también hay un pasaje de lo cómico al chiste.
Pasaje que no deja de tener importancia en un seminario donde está en juego el pasaje del amor al deseo.
Allí Aristófanes narra cómo, en esos seres cortados por la mitad, el genital es desplazado a otro punto del cuerpo para favorecer el acople con la otra mitad (6).
Pero Lacan observa en aquella reunión en la que se iniciaba el solsticio de invierno del 61' (7): "está claro que aquello sobre o cual el rodeo del texto insiste aquí es sobre el pasaje de los genitales a la cara anterior, lo que no quiere simplemente decir que llega ahí como posibilidad de copular, de conjugarse con el objeto amado, sino que literalmente el pasaje de los genitales a la parte anterior viene con el objeto amado en esta especie de relación de sobreimpresión, casi de sobreimposición. Este es el único punto donde se traiciona, se traduce, la función del órgano genital"
Así las cosas, si en la cópula de recuperar la completud se trata, ahora entre las dos partes media un elemento tercero... el falo (que si es traducción de "genital", traiciona todo vestigio anatómico: cuando traducimos por "falo", la pura anatomía está perdida). Pero. Con el falo siempre hay un pero: a la hora de la completud si el falo es el puente (8) también es su fracaso (faceta que convendría hacer resonar en lo entre-dicho sobre la publicidad en el eslabón anterior de esta serie de comentarios sobre el inicio del seminario IX).
Así como en el seminario V su afirmación de que el amor es un sentimiento cómico no quedaba justificada por su desarrollo (por cierto, en la reunión del 18/12/57 en una misma parrafada pasó de afirmar que el amor no es "en sí mismo cómico" sino "el eje alrededor del cual gira todo lo cómico" a soltar segundos después que "el amor es un sentimiento cómico"), sí quedaba claro que así planteado el amor aparecía justo en el punto donde podría esperarse una pregunta del sujeto por su deseo (pregunta que pondría en cuestión la completud narcisista). Ahora, con esta "irrisión" de la esfera, el sentimiento cómico implica un potencial registro del fracaso de mantener excluido al deseo (por primera y única vez, dice Lacan, Platón hace entrar al órgano genital en un discurso sobre el amor .
La esfera platónica así leída por Lacan ya no coincide con el Eros platónico (Eros que cuestionaba en su seminario I, y que controponía al amor-pasión). Un Eros platónico al que Freud supo adherir pero no así Lacan (9)
(sol, tierra y luna, esferas y cosmología presente en el relato de Aristófanes)
Cierro estas notas volviendo a aquel analizante y su defensa de la independencia ante la demanda de compromiso:
Un tiempo después de aquella sesión, la situación con su chica se modifica radicalmente. Ella deja de resultarle alguien ubicable, calculable: hay algo en la muchacha que para él se ha vuelto opaco. Coincide con sus amigos cuando le dicen, plenos de sentido (común): "¡si ella ahora te interesa tanto, es porque dejó de darte bola...!".
Conviene no engañarse; sentidos tan plenos suelen encubrir lo que esse entrevé sin pies ni cabeza.
Punto exacto en el que surge, en el amor, el resorte que es propio de lo cómico:
aquel valioso objeto llamado "independencia" ahora es lo que menos cuenta para él; empieza a desesperar por cadenas y un Vulcano que lo funda con su media naranja. Aún más: ¡está dispuesto a estudiar neurolingüística si eso le permite hacer Uno con ella, esféricamente!.
Toda esta historia es la de un pasaje.
Erótico.
No es diversa en su estructura a aquella otra que Lacan evocara en su seminario V cuando propone pensar al amor como un sentimiento cómico: la historia del viejo Arnolphe en la comedia de Moliere "La escuela de las mujeres" (10).
Pero sería un problema si el pasaje se redujera a lo que va de la valiosa independencia al valioso compromiso con la novia.
No sería de extrañar ver aparecer el endiablado vaivén de la dialéctica fálica del del deseo:
"por abrazar la independencia ya vi lo que perdía, pera ahora que me jugué por el compromiso empiezo a evocar por su ausencia aquella independencia...Bueno la corto y elijo, algo tengo que perder"
Nótese que tras toda esta perorata con la que a veces se construye no sé qué ideal de salud psicoanalítico ("en la vida siempre hay que renunciar a algo"), lo que se sostiene es la idea de que "yo puedo elegir lo que elijo cuando deseo"
(esto último resuena no sólo en este fotograma sino en toda la idea de la película "Matrix")
Es justamente en este punto donde la idea del agalma vendrá como anillo al dedo para romper con esa perorata.
Al punto de comprometer la concepción del deseo.
Con la idea del agalma, el pasaje será más bien
el que va de algo objetivable ("lo que deseo es tal cosa")
a un más allá de cualquier objetivable.
Y por cierto, mal haría la novia en cuestión en creer que puede obtener de esta transformación milagrosa (10) alguna receta de cómo interesar a un partenaire ("mirá para otro lado y él se morirá por estar con vos").
No hay recetas que reproducir
apenas algo localizable, retroactivamente, en una relación entre lugares.
(metáfora, metonimia, topología... varias cosas que pensar en esta instancia)
Cierro.
Me parece que conviene sostener esta pregunta:
¿qué relación hay entre esos vaivenes identificatorios ("independencia"/"compromiso", o el posterior "ella estudia PNL"/"yo estudiaré PNL")
y
ese paso-de-sentido (sin-sentido) ubicable en el amor, "ese resorte de lo cómico, que es siempre en su fondo por esta referencia al falo", tal como lo nombra Lacan al cerrar la sexta reunión de su seminario VIII?
Creo que ésa es una de las preguntas que convienen
a la hora de dar el paso que me propongo para la próxima:
abordar el momento en el que en la clase inaugural del seminario IX empiece a hablar de ese término con mala prensa que resultaba ser la identificación.
Dicho todo esto me despido dejándolos en compañía de la omnipresente esfera,
ahora paseándose por el discurso de la programación neurolingüística (PNL):
Hasta la próxima
Guillermo Cabado
Un tiempo después de aquella sesión, la situación con su chica se modifica radicalmente. Ella deja de resultarle alguien ubicable, calculable: hay algo en la muchacha que para él se ha vuelto opaco. Coincide con sus amigos cuando le dicen, plenos de sentido (común): "¡si ella ahora te interesa tanto, es porque dejó de darte bola...!".
Conviene no engañarse; sentidos tan plenos suelen encubrir lo que esse entrevé sin pies ni cabeza.
Punto exacto en el que surge, en el amor, el resorte que es propio de lo cómico:
aquel valioso objeto llamado "independencia" ahora es lo que menos cuenta para él; empieza a desesperar por cadenas y un Vulcano que lo funda con su media naranja. Aún más: ¡está dispuesto a estudiar neurolingüística si eso le permite hacer Uno con ella, esféricamente!.
Toda esta historia es la de un pasaje.
Erótico.
No es diversa en su estructura a aquella otra que Lacan evocara en su seminario V cuando propone pensar al amor como un sentimiento cómico: la historia del viejo Arnolphe en la comedia de Moliere "La escuela de las mujeres" (10).
Pero sería un problema si el pasaje se redujera a lo que va de la valiosa independencia al valioso compromiso con la novia.
No sería de extrañar ver aparecer el endiablado vaivén de la dialéctica fálica del del deseo:
"por abrazar la independencia ya vi lo que perdía, pera ahora que me jugué por el compromiso empiezo a evocar por su ausencia aquella independencia...Bueno la corto y elijo, algo tengo que perder"
Nótese que tras toda esta perorata con la que a veces se construye no sé qué ideal de salud psicoanalítico ("en la vida siempre hay que renunciar a algo"), lo que se sostiene es la idea de que "yo puedo elegir lo que elijo cuando deseo"
Es justamente en este punto donde la idea del agalma vendrá como anillo al dedo para romper con esa perorata.
Al punto de comprometer la concepción del deseo.
Con la idea del agalma, el pasaje será más bien
el que va de algo objetivable ("lo que deseo es tal cosa")
a un más allá de cualquier objetivable.
Y por cierto, mal haría la novia en cuestión en creer que puede obtener de esta transformación milagrosa (10) alguna receta de cómo interesar a un partenaire ("mirá para otro lado y él se morirá por estar con vos").
No hay recetas que reproducir
apenas algo localizable, retroactivamente, en una relación entre lugares.
(metáfora, metonimia, topología... varias cosas que pensar en esta instancia)
(sileno, de curioso parecido con ese Sócrates que en breve tomaría la palabra en El Banquete)
Me parece que conviene sostener esta pregunta:
¿qué relación hay entre esos vaivenes identificatorios ("independencia"/"compromiso", o el posterior "ella estudia PNL"/"yo estudiaré PNL")
y
ese paso-de-sentido (sin-sentido) ubicable en el amor, "ese resorte de lo cómico, que es siempre en su fondo por esta referencia al falo", tal como lo nombra Lacan al cerrar la sexta reunión de su seminario VIII?
Creo que ésa es una de las preguntas que convienen
a la hora de dar el paso que me propongo para la próxima:
abordar el momento en el que en la clase inaugural del seminario IX empiece a hablar de ese término con mala prensa que resultaba ser la identificación.
Dicho todo esto me despido dejándolos en compañía de la omnipresente esfera,
ahora paseándose por el discurso de la programación neurolingüística (PNL):
Hasta la próxima
Guillermo Cabado
(todos los post de esta serie se pueden ver bajo el ítem "SEMINARIO IX de Lacan" que se encuentra en el índice de este blog, a la derecha)
(1) Notas provenientes de un segundo recorrido por el seminario IX que desde el 2010 comparto con mis colegas Claudia Martínez, Ilde Dadoli, Gloria Alrá y Silvana Spinozzi. Todos los fragmentos de las clases de los seminarios de Lacan, excepto expresa indicación en contrario, han sido extraídos de sendos establecimientos de texto, traducción y notas producidas por Ricardo Rodríguez Ponte para circulación interna de la EFBA.
(2) Hace un tiempo encontré una apreciación diferente de este pasaje del inicio del seminario IX, en la que se considera que Lacan estaría anunciando criptogramas prontos a ser deslizados en el seminario que estaba iniciando y no en el que había concluido recientemente. Toda la secuencia que desemboca en este comentario me indica que esta refiriéndose al seminario sobre la transferencia. Aquella otra interpretación la hallarán en esta presentación de la edición impresa del nro 31 de "Referencias en la obra de Lacan" (el comentario sobre "El perro andaluz" se ubica en la clase del 21/2/62 del seminario IX). Clic aquí
(3) El 18/12/57, en la séptima clase de su seminario V, "Las formaciones del inconciente", Lacan se ocupará de la comedia antigua y de la nueva comedia, la que él ubica a partir de Menandro hasta la contemporaneidad. Y define un eje para éstas, validándolo en Hegel cuando su auditorio lo cuestione: su protagonista, el "sujeto cómico", es alguien obsesionado con un objeto metonímico, pero que se las arregla para que su "sí mismo" se mantenga intacto (la versión Seuil reemplazó ese sí mismo de la versión estenográfica por un "ello", freudiano, que le da otro sentido al asunto). Así el amor, como lo cómico, permite no poner en cuestión "la esencia interior". Así Lacan retorna a esa altura de su enseñanza a la consideración del amor como narcisista. Y enseguida se ocupa de precisar al resorte cómico a través de la comedia de Moliere, "La escuela de las mujeres" (clic)
(4) Uso esta expresión que es la que utiliza en la clase ya referida del seminario V porque es lo que me parece que estará en juego en lo que dice en el seminario VIII sobre la irrisión de la esfera platónica. La expresión en francés, traducida como "paso-de-sentido", es "pas-de-sens", y guarda un equívoco ya que también puede traducirse como "sin-sentido". Apunto: en el seminario V todavía Lacan no se ha planteado que no hay Otro del Otro. Cuestión que surgirá en el siguiente seminario, pero como las cosas no nacen de un repollo, me pregunto en qué ese paso-de-sentido es un indicio de su movimiento hacia dicho planteo del seminario VI, justo después de "La significación del falo". Varios años después, el 21/1/70, durante la cuarta reunión del seminario XVII, "El reverso del psicoanálisis", Lacan dirá: "el sentido, si puede decirse así, se encarga de ser. Hasta no tiene otro sentido. Sólo que, desde hace cierto tiempo, se vio que esto no llegaba a dar el peso de la existencia precisamente. Cosa curiosa, el sinsentido sí que pesa. Se te pone en el estómago. Y el paso ("pas": tanto "paso" como "no") fue mostrar que esto es lo ejemplar del chiste, la palabra sin pies ni cabeza" (texto establecido por Jacques A. Miller, pag 60 de la edición de Paidós)
(5) La parte por el todo es válida aquí si precisamente la parte vale como significante, es decir: sin referente. Luego la parte no remite a ninguna totalidad. El peso de la metonimia en tanto una pérdida de significación, una experiencia que pone en el horizonte el sinsentido.
(6) Así la idea del pequeño Hans con su fontanero bien podría pasar por comedia aristofánica, con ese peso además que suelen tener algunas "comicidades ingenuas" de los niños: nunca se sabe cuándo tienen el peso de un chiste, donde ya no hay ingenuidad alguna.
(7) De hecho al iniciar esa reunión del 21/12/61 Lacan hace referencia al inicio del solsticio para enseguida comenzar a desplegar una serie de referencias a la astronomía que no sólo retoman el inicio de la conferencia que dictara poco antes de iniciar el seminario sobre la transferencia y que conoceremos como "Subversión del sujeto...", sino pivoteando sin explicitarlo con la concepción de aquel presocrático que Freud destacara tanto en "Análisis terminable e interminable", Empédocles: "Pero aquí merece nuestro interés aquella doctrina de Empédocles tan próxima a la teoría psicoanalítica de las pulsiones que uno está tentado de afirmar que ambas serían idénticas, si no mediara el distingo de que la del griego es una fantasía cósmica, mientras que la nuestra se ciñe a pretender una validez biológica. Es cierto que sustrae a esta diferencia buena parte de su significado la circunstancia de que Empédocles atribuyera al universo el mismo carácter animado que al ser vivo singular."
(8) "Puente" es un término no inocuo cuando se trata de adentrarse en un seminario donde la topología tiene protagonismo: fue Euler en la corte de San Petersburgo a quien se le asigna un rol protagónico en el descubrimiento de la topología (en el sentido en que producir es descubrir a la hora de la teoría del valor). Sucedió al ocuparse de resolver un problema de recorrido que involucraba siete puentes de la ciudad natal de Kant, Königsberg (clic aquí)
(9) Freud, en "Resistencias contra el psicoanálisis": "Lo que el psicoanálisis llama sexualidad en modo alguno coincidía con el esfuerzo hacia la unión de los sexos a la producción de sensaciones en los genitales, sino más bien a lo que expresa el término general y abarcativo de Eros en El Banquete de Platón". Lacan, ya tempranamente, en su seminario I: "Igualmente la cuestión del amor de transferencia ha estado desde siempre ligada, muy estrechamente ligada, a la elaboración analítica de la noción de amor. No se trata de amor en tanto que el Eros -presencia universal de un poder de lazo entre los sujetos, subyacente a toda la realidad en la cual se desplaza el análisis- sino del amor-pasión, tal como es vivido concretamente por el sujeto como una suerte de catástrofe psicológica". En definitiva es esa condición de pasión del ser la que vuelve irrisoria a la esfera.
(10) Arnolphe, como mucho después Humbert Humbert con Lolita, se obsesiona con una niña: Agnes. Para leer la obra ver la referencia "4".
(11) El término "milagro" no es aquí coloquial. Responde al planteo que hace Lacan sobre el amor en el inicio del seminario sobre la transferencia.
2 comments:
Recibí este comentario de la Lic Mabel Carné:
Guillermo:
Lo de PNL, es para contrastar con Psicoanálisis?
porque me parece que es exactamente lo opuesto.
Me suena a Congnitivo-conductual, y por consiguiente,
de una superficialidad extrema.
Contame...a lo mejor, es algo para seguir investigando...
Respecto del comentario de Mabel:
Esquivando el par "superficialidad"/"profundidad", digamos que de superficies tratará buena parte del seminario IX. En su interés topológico.
En el planteo del video de PNL, y más allá del tinte menos o más intelectual que pueda portar, me importa ubicar una lógica discursiva (además de la evidencia de la pregnancia que tiene la forma esférica a la hora de pensar en los problemas del amor). Esa lógica discursiva, ocupándose de las distancias entre "YO MISMO" y el otro, hace algo en lo que caemos muchas veces los analistas a pesar de recitar de "pe a pa" a Lacan: olvidar que la distancia más IRREDUCTIBLE es la que reside en el "mismo" del yo mismo.
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