Sunday, May 15, 2011


Apuntes de viaje
a través del
Seminario IX de Lacan
"LA IDENTIFICACIÓN"

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ALREDEDOR DE LA PRIMER CLASE (15/11/61) (1)



I, b - De UMA THURMAN a JULIA ROBERTS: el falito fanfarone.
(o "Falo y publicidad en Italia y más allá")


Retorno al cuadro de Botticelli que citara en el envío anterior (2). Al hacerlo ya me encuentro en el terreno donde algunas asociaciones especializadas en bulimia y anorexia me parece que pierden la brújula, ingresando en batallas contra la publicidad (3) . Quizás en estas apostillas de viaje pueda esbozar algo al respecto. Por lo pronto, necesitaría volver a montar la escena que Lacan despliega implícitamente en el final del seminario VIII con aquella pintura del renacimiento italiano:



("strike a pose": "ponete en pose")


Afino el lápiz. Si a esta imagen de una campaña argentina publicitaria de prendas para teen agers le quitamos las marcas de la contemporaneidad nos queda "El nacimiento de Venus":




¿Cuál es la escena implícita que monta Lacan al hablar de este cuadro en la clase en cuestión?. Formulémosla en términos de una relación entre lugares: allá, enfrente, esa imagen del otro investida de cierto no qué que nos agita ("Venus, o también Lolita") y aquí, de este lado, el Yo de turno (ya sea la joven que quiere ser como esa Venus que tiene enfrente; o bien el señor o la dama que no quiere ser... sino poseer a la Lolita que tiene enfrente)


Como sea, tanto la joven que se identifica a la imagen del otro/a cargada de cierto no qué, de valor agalmático...


(recordarán a Uma Thurman identificada a la Venus de Botticelli)



.... como también Humbert Humbert en su deseo de poseer a Lolita, esa nínfula "rodeada de un mar vasto y brumoso" (4)



... ambos, la joven y el señor, invisten la imagen del otro,
haciendo pie en una medida: "falo".


Medida que se propone como respuesta a la pregunta más desequilibrante para el Yo y su sed de consistencia: "¿qué desea el que aquí habla?".


De estas cuestiones se ocupa Lacan cuando, tras referir a la pintura en cuestión, traza este esquema:


A ver si le puedo seguir los pasos:


"Nosotros supimos identificarla en la ecuación simbólica, para emplear el término de Fenichel, Girl=Phallus (niña=falo). Pues el falo, ¿qué nos enseña?, sino que se articula aquí, no de otra manera, sino, ha­blan­do con propiedad, de la misma; que el falo, ahí donde lo vemos sim­bó­licamente, es justamente ahí donde no está, ahí donde lo suponemos bajo el velo".



(manos y cabellos llevados allí por Botticeli como velo; su función, acaso no premeditada: hacernos ver detrás lo que no hay)



Pasando por escenas donde se trata de partenaires, Lacan va introduciendo un instrumento, la topología (es decir: una relación entre lugares) para poder atravesar esas historias que una y otra vez escuchamos en el consultorio sin quedar enredados en un asunto de personajes. Así las cosas, nuestro eje es que lo que sucede allá en esa imagen del otro/a (no importa que tal imagen sea la que proviene de un vidrio espejado o la que proviene de una persona de carne y hueso) no es sin lo que sucede aquí. Agrega:

"Si se ha manifestado en la erección del deseo, es de este lado del espejo; ahí donde está, es ahí donde no está. Si está ahí ante nosotros, en ese cuerpo deslumbrante de Venus, es que jus­ta­men­te, en tanto que no está ahí y que esta forma está investida, en el sen­ti­do en que lo hemos dicho recién, por todos los atractivos de todos los Triebregungen (mociones pulsionales) que la rodean por fuera; el falo, él, con su carga, está de este lado del espejo, en el interior del recinto narcisista" (el subrayado es intromisión mía).

Si bien este pasaje todavía no se desprende del problema del interior/exterior (habrá que esperar a la utilización de la topología de superficies en el seminario "La identificación") ya permite establecer una relación entre lugares que nos permita, en el abordaje del deseo, no reducirnos a un planteo de relación entre individuos. Es porque aquí sucede algo, que allá esa imagen del otro puede estar investida. Y dice Lacan que investir en alemán (besetzt) tanto implica cargar de (de libido en este caso) como también rodear un blanco central en el objeto investido. Un blanco central en la imagen del otro que implica que hay algo en nuestro objeto que se sustrae a lo visible. Hay algo, cierto no qué en ese cuerpo emergente ("en estado de forma fascinante"), más precisamente detrás de él, en tanto velo, que no es atrapable con ninguna enumeración de atributos (5).


¿Pero qué es lo que sucede aquí, que lleva a investir del modo en que lo hacemos a esa chica allá? (a esa chica, o a ese chico... o también, llegado el caso, a la imagen de ese perejil (6) que hace las veces de analista...). Lacan lo grafica así:




Ese campo aquí, desde el que sale la flecha hacia las aguas de allá, las que rodean a esa suerte de isla emergente (ese blanco central de nuestra esplendorosa Venus o Lolita
(7)) da cuenta de una relación aquí, de este lado del espejo. La relación que hay entre "el objeto de deseo y su obturación fundamental" (8). Esa relación que resulta ser el núcleo de nuestro narcisismo y que aquí voy a nombrar, jugando con el regungen freudiano, como "eso que en el decir se agita" y del que ninguna objetivación da cuenta. Eso que a la altura del seminario VIII podemos llamar el falo real en el cuerpo propio (9).

Esa
Venus/Afrodita es investida no sin algo que aquí se agita y no logro más que mal enmarcar allá, gracias al falo, en alguna articulación simbólico /imaginaria. Investida allá con un valor fálico, de cuyo espejismo se sirve también la publicidad.


Falo, significante e identificación, una relación a desplegar y problematizar. Esa posta es la que el seminario VIII le pasa al seminario IX. Mientras la efectúa en la clase inicial de este último (sirviéndose de entrada no más de la imagen de una "falsa isla" que va a la "deriva", verbo sensible a la noción de pulsión), Lacan desliza una enigmática referencia a ciertas pistas que desperdigara en el seminario VIII bajo la forma de "criptogramas".

Hacia ellos trataré de dirigirme la próxima. Por eso los dejo con esta publicidad italiana en la que Julia Roberts es la Venus de Botticelli. Vale como puente que nos pone en la pista, si es que resulta válida mi hipótesis:

el hilo de esos criptogramas estaría en una frase ubicable en el seminario VIII, pero que enraiza en el seminario V (el de "Las formaciones del inconciente"):
"el amor es un sentimiento cómico". Acaso los publicistas italianos estén bien advertidos de lo que en ella se entredice...


(tras el buen acople del café y el brillo de la sonrisa de Julia, el señor de anteojos le explica a nuestra Venus que en Italia saben hacer tres cosas: hacer el amor, hacer reír y hacer el café; luego, ante el reclamo de su compañero por el reparto de saberes, le responde con una pregunta: "¿es que vos sabés hacer bien el amor?") (10)


Guillermo Cabado



(todos los post de esta serie se pueden ver bajo el ítem "SEMINARIO IX de Lacan" que se encuentra en el índice de este blog, a la derecha)



(1) Estos apuntes y apostillas van precipitándose al calor de la revisita, varios años después de haber ingresado a él con la guía de Mirta Balma, que desde el 2010 realizo de este seminario IX en el marco de un grupo de trabajo en el que nos hemos convocado con mis colegas Claudia Martínez, Ilde Dadoli, Gloria Alrá y Silvana Spinozzi.Entre clínica, arte y producciones de nuestra cultura actual, estos apuntes no son sin los intercambios con mis colegas.
Por otra parte: todos los fragmentos de las clases de los seminarios de Lacan, excepto expresa indicación en contrario, han sido extraídos de los sendos establecimientos de texto, traducción y notas producidas por Ricardo Rodríguez Ponte para circulación interna de la EFBA.

(2) Recuerdo que en el inicio del seminario IX, Lacan indica que cerró su seminario anterior, "La transferencia en su disparidad subjetiva, su pretendida situación, sus excursiones técnicas", hablando de la identificación bajo una forma mítica. Se refería a la clase final de aquel seminario, el 28/6/61, donde citara el cuadro de Botticelli, "El nacimiento de Venus".

(3) Energía luchadora que podría tener otro destino si los que emprenden el combate le pegaran un vistazo al mapa que Lacan dibujó mientras leía la "Introducción del narcisismo" de Freud; es decir: el esquema óptico. Cabe apuntar algo que excede a las posibilidades de este espacio: un modo de poner a jugar ese "mapa" es cruzarlo con dos películas puestas en serie: "Vértigo" de Hitchcock y "El tiempo" de Kim Ki-duk. La explicación detallada del esquema óptico puede ubicarse en "Observación sobre el informe de Daniel Lagache: 'Psicoanálisis y estructura de la personalidad'" en Escritos II, pág 627, de Jacques Lacan.


(4)
"Lolita" de Nabokov. Capítulo 5 de la primera parte

(5 ) Curiosa particularidad si se la pone a jugar, por ejemplo, en el campo de la publicidad, donde lo que se busca es definir atributos del objeto exhibido que sean compartibles por la masa de consumidores. Sean cientos o millones los que conforman dicha masa, la empresa está dispuesta a invertir en publicidad si lo que se presenta al que está sentado aquí frente al televisor puede hacerlo formar parte de una comunidad, unificarlo con todos los otros consumidores
: "viste, yo también soy re-personal". Podrán escuchar los ecos de un diálogo con la obra de Freud, "Psicología de las masas y análisis del yo". Referencia que está puesta a jugar desde el inicio de la clase del seminario VIII de la que hablamos: sucede al principio "silenciosamente", mientras Lacan realiza un interesante comentario sobre el modo en que él encara el problema de hablar en su seminario a un público en el que se encuentran varios de sus pacientes. Después, con el avance de dicha clase, las referencias al tercer tipo de identificación que Freud precisa en el capítulo 7 de "Psicología de las masas"

(6) Porque si algo enseña el triángulo Alcibíades-Sócrates-Agatón en El banquete de Platón a la luz de la lectura que nos propone Lacan durante su seminario sobre la transferencia, es que perejil puede ser un buen término para estos que nos sentamos enfrente, o detrás, del paciente. Aclaración para los amigos de otros países: "perejil" es un término que solemos usar en Argentina para aludir a personas que suponemos algo lelas, o decididamente tontas.


(7) Lo que aquí está en juego es cómo diferenciar a la imagen del otro de ese objeto parcial que participa de la imagen sólo en tanto que está "velado". Recordar por lo demás la red de términos que están presentes en la clase final del seminario VIII y que toman su valor sólo por su relación oposicional: mar, madre, amor húmedo, y luego fuego (red que en el envío anterior apenas si esbocé como invitación a recorrer la clase completa).

(8) Quien tengan ocasión de leer la versión establecida por Rodríguez Ponte podrá hallar respecto de este punto la referencia a una de las discusiones que un grupo de psicoanalistas franceses estableciera oportunamente con la versión establecida por Jacques A. Miller del mismo seminario, habida cuenta de que en la versión de éste la relación que subraya Lacan era planteada como siendo la que habría entre objeto de deseo y núcleo central del narcisismo: "este contrasentido es el primer signo de un contrasentido global del texto establecido por Miller para esta sesión", cita Ponte que decía aquel grupo de analistas en el libro que publicaran en 1991: "Para una transcripción crítica de los seminarios de Jacques Lacan".


(9) Equívocos como los que podrían producir términos como "propio" cu ando se habla del cuerpo que está en juego en el deseo y el goce, o "interior del recinto narcisista" como desliza Lacan en el párrafo citado más arriba, son los que llevaron, entre otras cosas, a que Lacan apelara a la topología en el seminario IX.

(10) Agradezco la ayuda de la profesora de italiano Lidia Pasini para destrabar la traducción de algunos pasajes de la propaganda



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